La población de Taiwán, la isla donde se producen los chips, componentes claves de los actuales modernos dispositivos electrónicos, votó el sábado 13 de enero por la continuidad de su política que augura un avivamiento de un conflicto geoestratégico con la República Popular de China.
Las relaciones oficiales entre el Gobierno central de la República Popular China y su provincia insular de Taiwán se rompieron en 1949, después de la guerra civil y solo fue apenas en 1980 cuando Taipei y Pekín restablecieron solo a nivel empresarial bajo el lema un país, dos sistemas. Esa es la razón por la cual Taiwán no es miembro de la ONU y que la gran mayoría de los países del mundo no reconozcan relaciones oficiales diplomáticas con la isla.
El candidato del oficialista y soberanista Partido Progresista Democrático, Lai Ching-te, triunfó en los comicios con alrededor del 40% de los votos, aunque perdió la mayoría absoluta de los escaños en el Parlamento, a manos del partido Kuomintang y el Partido Popular de Taiwán, Ko Wen-je que en conjunto lograron más del 50% del apoyo electoral. Por primera vez, ningún partido ha logrado la mayoría parlamentaria absoluta por lo cual el diálogo político se impone.
Unos días atrás, el 7 de enero, la República Popular de Bangladesh, que cuenta con más de 170 millones de habitantes, fue de los primeros países en tener elecciones nacionales en este año 2024.
Como era más que previsible, la actual primera ministra ganó su cuarto mandato consecutivo, y quinto en total, en un contexto en el cual el principal partido opositor, el Partido Nacional de Bangladesh (BNP), boicoteó la votación por la negativa de la gobernante Liga Awami a permitir supervisiones electorales independientes, práctica habitual hasta que el partido gobernante lo eliminara.
Además de serios problemas políticos que cuestionan seriamente la calidad democrática del país, Bangladesh sufre actualmente una elevada inflación, uno de los factores que ha provocado luchas sindicales intensas, en especial de las personas trabajadoras en el sector de la vestimenta.[1]
Hasta 25 000 personas participaron en las protestas, que obligaron a cerrar al menos 100 fábricas. Se enfrentaron a la violencia policial. Al menos dos personas murieron y muchas más resultaron heridas.
Estos son apenas dos de los múltiples procesos electorales que habremos de tener durante el año 2024 en 76 países del mundo que representan, más o menos la mitad de la población mundial.
Algunos de los países más poblados del mundo estarán de elecciones, como es el caso de la India, Indonesia, Estados Unidas, Brasil, Pakistán, Rusia, México y Bangladesh, los cuales, sumados a los dieciocho países africanos que votarán este año y los 27 europeos que participan en las parlamentarias regionales, suman alrededor de 4.000 millones de personas habilitadas para votar.
En Europa, la atención se centrará tanto en la elección del Parlamento Europeo donde se elegirán a los 705 diputados europeos que componen el órgano legislativo de la Unión Europea y puede significar la acentuación del rumbo hacia posiciones cada vez más reaccionarias de la UE.
Además, habrá elecciones nacionales en el Reino Unido (aún sin fecha precisa), Bélgica, Austria, Croacia y Portugal, que elegirán nuevos gobiernos. En Alemania no habrá elecciones generales en 2024, pero sí comicios en tres estados del este del país, que centrarán la atención por las posibilidades de crecimiento de la ultraderecha.
En el continente americano tendremos varias elecciones nacionales, algunas con resultados previsibles pero otras con final abierto.
El 4 de febrero El Salvador, el primer país del continente en celebrar elecciones en 2024 y ya se sabe que el ganador será el actual presidente Nayib Bukele, a pesar de que el artículo 154 de la Constitución establece que “El período presidencial será de cinco años y comenzará y terminará el día primero de junio, sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones ni un día más”.
Bukele ha superado la prohibición constitucional de la reelección con el mecanismo de solicitud de licencia entre el 1 de diciembre de 2023 al 31 de mayo de 2024, aunque en su propia solicitud aseguró que seguirá supervisando al gobierno nacional.
El mismo día 4 de febrero en Costa Rica tendrá lugar las elecciones municipales donde se eligen alcaldes, síndicos y otros cargos en todas las provinciales del país.
El 5 de mayo en Panamá el cuerpo electoral dará su opinión para elegir nuevo presidente así como la renovación de todo el parlamento. Adicionalmente, se elegirá una Asamblea Constituyente para reformar la Carta Magna panameña. Las elecciones se producen cuando el país apenas está saliendo de un largo período de intensas protestas y movilizaciones, las más importantes que se recuerden un muchos años, que obligaron al actual gobierno a dar marcha atrás en medidas que facilitaban explotación minera en zonas de alto valor ecológico. [2]
Entre el 19 de mayo y el 30 de junio (primera y segunda vuelta) habrá elecciones en República Dominicana. También en este caso compite el actual presidente Luis Abinader. Uno de sus principales contendientes también tiene experiencia de gobierno ya que Leonel Fernández fue dos veces presidente entre los años 2004 a 2012.
Otra certeza se registra en México ya que en el mes de junio el país elegirá, por primera vez, a una mujer para ocupar la presidencia ya que las dos principales candidatas son mujeres: Claudia Sheinbaum, quien ha ejercicio el máximo cargo en la Ciudad de México y se presenta por la coalición de gobierno MORENA; por la coalición opositora Frente Amplio, Xochtil Gálvez, quien recibe el apoyo del PRI, PAN y otros partidos.
Además de lo señalado, en México hay otros dos aspectos peculiares: por un lado que el actual presidente, a pesar de contar con amplio respaldo en su gestión, no habrá de buscar la reelección, Además, las dos mujeres que competirán por la presidencia fueron elegidas en internas partidarias que utilizaron el sistema de encuestas de opinión pública para ungirlas en sus candidaturas.
En la República Oriental del Uruguay, el proceso electoral es extenso ya que inicia el próximo mes de junio con las elecciones internas de los partidos políticos, la primera vuelta electoral donde se eligen presidente, senadores y diputados, será en octubre y muy probablemente, la segunda vuelta electoral para elegir el cargo de presidente será en el mes de noviembre de 2024. El calendario electoral no terminará allí porque en el mes de mayo del año 2025 la ciudadanía debe elegir las autoridades departamentales y municipales.
También habrá elecciones este año en la República Bolivariana de Venezuela, aunque la fecha precisa no ha sido determinada todavía.
En Brasil y Chile también habrá elecciones regionales y municipales, aunque no de corte nacional.
El recorrido por el continente americano no puede terminar sin mencionar las elecciones en los Estados Unidos de América que tendrá lugar este año 2024 culminando el día 5 de noviembre cuando se conforme el Colegio Electoral que será el encargado de elegir al nuevo presidente del país.
El año 2024, además de esta suerte de maratón global electoral, viene marcado por profundas crisis que no tiene perspectiva de superarse e incluso es probable que se profundicen.
Por ejemplo, el año 2023 fue cuando se registró la temperatura más alta en el planeta desde que existen registros en la materia ante lo cual, las iniciativas globales para atender y atacar las causas del cambio climático y el calentamiento global siguen sin arrojar resultados concretos y tangibles.
El año 2023 ha sido, también, de evidente ampliación (en cantidad y características) de escenarios bélicos, algunos de ellos, como lo que ocurre en la franja de Gaza, difíciles de imaginar hasta hace muy poco tiempo. La tendencia a la amplificación de los conflictos, tanto en actores participantes, en población afectada como en territorios que se incorporan como escenarios bélicos, hace que la no utilización de la expresión guerra mundial es casi un capricho del lenguaje más que una descripción de la realidad.
Podría pensarse que estos procesos electorales, que incluyen los de algunos de los países que están en guerra o que de una forma u otra participan en ella, que incluyen también a varios de los países que generan las causas generadoras del impacto sobre la naturaleza que está provocando severos daños (muchos coinciden en ambas listas), debiera ser una buena oportunidad para debatir y cambiar rumbos que permitan algún atisbo de posibilidades de tener resultados distintos a los actuales.
Paradojalmente, cuando más se requeriría del debate sobre los temas centrales para el planeta, el año electoral 2024, difícilmente no permitirá ver avances al respecto, ni siquiera en aquellos países que, por su potencial económico y militar, debieran ser líderes en estos asuntos.
Sin embargo, la realidad es cambiante, las demandas y necesidades de la población mundial son cada vez mas acuciantes, al tiempo que la interconexión económica y social globalizada hace que, circunstancias que acontecen en cierto lugar, puede afectar imprevistamente en otros lugares modificando contextos lo cual puede tener repercusiones políticas y electorales.
Y además, los tiempos actuales siguen demostrando que la gente organizada, más allá de estructuras partidarias, tiene mucho para decir y aportar en esta realidad tan compleja.
[1] Para ampliar, ver “Bangladesh: Struggle for Minimum Wage and Decent Working Conditions”, https://www.lacommunis.org/bangladesh-struggle-for-minimum-wage-and-decent-working-conditions/
[2] Para ampliar, ver “Panamanian court declares unconstitutional law 406 enabling mining exploitation in protected areas”, https://www.lacommunis.org/panamanian-court-declares-unconstitutional-law-406-enabling-mining-exploitation-in-protected-areas/