Igualdad salarial y combate contra la violencia de género ha sido las principales reivindicaciones de las mujeres y personas no binarias durante la gran demostración del pasado 24 de octubre de 2023, denominada Día Libre de la Mujer (Kvennafrí). Las mujeres y las personas no binarias fueron convocadas a no realizar ningún trabajo ni tarea doméstica durante toda la jornada del 24.
Esta es la sexta demostración similar a partir de la primera que tuvo lugar el 24 de octubre del año 1975
Según los sindicatos y más de 40 organizaciones feministas convocantes de la huelga, la discriminación salarial sistémica todavía afecta a las mujeres, y la violencia de género es una pandemia que debe ser erradicada. Por ello, la demostración se realizó bajo el lema “¿A eso se llama a igualdad?
Los sindicatos convocantes aclaran que la huelga de mujeres de 2023 no es una huelga en el sentido legal ni un feriado, sino una acción colectiva para luchar por la igualdad, en la cual las trabajadoras participan en la medida que pueden y quieren. Las mujeres y las personas no binarias se encuentran en situaciones muy diferentes y también fueron animada a participar de alguna forma en la demostración.
Las mujeres inmigrantes, que representan alrededor del 22% de las mujeres en el mercado laboral islandés, también han sido expresamente convocadas a participar en la huelga, ya que su contribución a la sociedad islandesa rara vez se resalta su importancia que no se refleja en los salarios que reciben.
La primera ministra del país, Katrín Jakobsdóttir, también se ha sumado a la protesta aplazando el Consejo de Gobierno para el día siguiente y pidiendo a las otras ministras del Ejecutivo que tampoco acudieran a trabajar. El día antes de la huelga, Jakobsdóttir señaló ante los medios de comunicación islandeses que se unía a la huelga con la voluntad de “mostrar solidaridad con las mujeres islandesas, ya que aún no se han alcanzado los objetivos de plena igualdad de género incluyendo una inaceptable brecha salarial de género.
La otra gran reivindicación de la huelga ha sido acabar con la violencia de género, que la alcaldesa de Reikiavik, Ingibjörg Sólrún Gísladóttir, la calificó en televisión como una “auténtica epidemia que debemos hacer frente con la misma seriedad con que nos enfrentamos a la COVID”.