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Inauguración formal de la COP28. Foto: UNFCCC

La COP28 inicia en un contexto extremadamente grave para todo el planeta

03 diciembre, 2023 | Ricardo Changala

El jueves 30 de noviembre comenzó en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP28.

Aunque en los días previos se llevaron a cabo diversas actividades relacionadas con la temática como exposiciones, reuniones sectoriales o  el caucus de los Pueblos Indígenas del mundo, en la fecha indicada se inauguró de manera oficial esta COP, que tiene cerca de 70.000 participantes, entre delegados gubernamentales, diplomáticos, expertos, empresarios, sociedad civil y otros participantes.

Estas conferencias sobre el clima son reuniones anuales a gran escala centradas en la acción climática, denominadas COP, Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Esta Convención entró en vigor el 21 de marzo de 1994 con el objetivo de prevenir y mitigar la interferencia humana peligrosa en el sistema climático.  Al momento, 198 países la han ratificado, por lo cual, casi no hay países que no lo hayan hecho.

El Acuerdo Climático de París, adoptado en 2015, es una extensión de esa convención; desde ese año, las diferentes COP han girado en torno a la aplicación de su objetivo clave: detener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2° centígrados, y proseguir los esfuerzos para limitar el aumento a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales.

En Katowice (COP24) y Glasgow (COP26) se aprobaron planes y en Sharm el-Sheikh (COP27) los debates se centraron en la implementación del Acuerdo de París.  Se supone que esta nueva COP debiera contener avances concretos

De acuerdo con la información divulgada por la ONU, el primer día de sesiones culmino con una buena noticia: los delegados acordaron la puesta en marcha de un fondo que ayudará a compensar a los países vulnerables que luchan por hacer frente a las pérdidas y daños causados por el calentamiento global.

Este fondo ha sido una demanda de los países en desarrollo, que están en primera línea del impacto del cambio climático y afrontan el coste de la devastación causada por fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, como sequías, inundaciones y la subida del nivel del mar, que tiene su origen en la concentración atmosférica de gases de efectos invernadero, que generan el calentamiento global, y que en su inmensa mayoría ha sido provocada por los países más desarrollados.

Según se ha informado, el sultán Al-Jaber, presidente de la COP28, ha declarado que su país, Emiratos Árabes Unidos, destinará 100 millones de dólares al fondo, lo mismo que Alemania. Por su parte, otros países, sin precisar montos, han expresado que contribuirán el fondo, como es el caso de Gran Bretaña, Estados Unidos y Japón.

La situación ambiental actual es extremadamente grave.

Una serie de informes publicados en vísperas de la COP28 han puesto de manifiesto que el mundo está muy lejos de alcanzar los objetivos climáticos de ese tratado y que, si no se toman medidas ambiciosas, nos dirigimos hacia un aumento de la temperatura de 3 grados para finales de este siglo, que tendría unas consecuencias catastróficas para la vida en el planeta.

En un reciente informe publicado por la Organización Mundial de Meteorología (OMM), se incluyen datos francamente alarmantes.[1]

La temperatura media anual mundial cerca de la superficie en 2022 fue 1,15 °C [1,02 °C a 1,28 °C] superior a la media de la era preindustrial (1850 a 1900). El año 2022 fue el quinto o el sexto más cálido jamás registrado según seis conjuntos de datos,1 a pesar del efecto de enfriamiento de La Niña. Los años 2015 a 2022 fueron los ocho más cálidos jamás registrados en todos los conjuntos de datos.

En los dos últimos decenios, el ritmo de calentamiento de los océanos ha aumentado y el contenido calorífico de los océanos en 2022 fue el más alto jamás registrado. El calentamiento de los océanos y la pérdida acelerada de masa de los mantos de hielo contribuyeron a una subida del nivel medio del mar de 4,62 mm al año entre 2013 y 2022 a nivel mundial, que alcanzó un récord en 2022.

Entre 1960 y 2021, los océanos absorbieron alrededor del 25 % de las emisiones antropógenas anuales de CO2 a la atmósfera y el CO2 reacciona con el agua de mar y disminuye su pH. El número limitado de observaciones a largo plazo en mar abierto ha mostrado un descenso del PH; el valor medio de PH oceánico en superficie a nivel mundial ha disminuido de 0,017 a 0,027 unidades de PH por decenio desde finales de los años ochenta. Este proceso, denominado acidificación del océano, afecta a muchos organismos y servicios ecosistémicos y amenaza la seguridad alimentaria al poner en peligro la pesca y la acuicultura.

El secretario general de la ONU visitó recientemente dos puntos críticos de calentamiento global:  Nepal y la Antártida donde fue testigo de un nivel récord de hielo marino y quedó “conmocionado por la velocidad del retroceso de los glaciares”.

Según el informe de la agencia de meteorología, la extensión máxima de hielo del Mar Antártico durante el año fue asombrosamente un millón de kilómetros cuadrados menos que el mínimo récord anterior, al final del invierno del hemisferio sur.

Los glaciares del oeste de América del Norte y los Alpes europeos también experimentaron una temporada de derretimiento extremo.

En América Latina y El Caribe en el período comprendido entre 1991 y 2022 se observa una tendencia de calentamiento medio de aproximadamente 0,2 °C por decenio (que es mayor en México y el Caribe), la cual es la más acusada desde que se comenzaron a registrar las climatologías de 30 años en 1900.

El nivel del mar siguió aumentando a un ritmo mayor en el Atlántico Sur y el Atlántico Norte subtropical respecto de la media mundial, lo que pone en peligro a las zonas costeras continentales y a varios países y pequeños Estados insulares en desarrollo de América Latina y el Caribe.

Rodney Martínez, representante de la Organización Meteorológica Mundial para América del Norte, Centroamérica y el Caribe, declaró a ONU Noticias que los meses de julio, agosto, setiembre y octubre de 2023 se convirtieron en los más cálidos de la historia en el planeta. Desde julio se ha constatado que varios días del año han superado los 1,5 grados Celsius, el umbral establecido en el Acuerdo de París como meta para el aumento de temperatura.

Las temperaturas excepcionalmente altas, la baja humedad del aire y la sequía severa provocaron períodos de incendios forestales sin precedentes en muchos países de América del Sur.

En enero y febrero, la Argentina y el Paraguay registraron un aumento del 283 % y el 258 %, respectivamente, en el número de focos detectados en comparación con el promedio del período comprendido de 2001 a 2021 y las emisiones de CO₂ provocadas por los incendios forestales de enero a marzo fueron las más altas de los últimos 20 años.

Se han producido olas de calor nunca vistas en Sudamérica, como en la Ciudad de Buenos Aires, donde el 1° de agosto la temperatura superó los 30°C, marcando el comienzo de agosto más cálido en 117 años de datos. En Río de Janeiro, se registraron temperaturas superiores a 42 grados y sensaciones térmicas por encima de los 53 grados.

En la cuenca del Paraná-La Plata, la caída de la producción hidroeléctrica en 2022 debido a los bajos caudales de los ríos obligó a los países a sustituir las fuentes de energía hidroeléctrica por combustibles fósiles, lo que obstaculizó las medidas de transición energética destinadas a lograr emisiones netas de valor cero.

La sequía en el Amazonas ha dejado ríos secos, delfines y peces muertos, y poblaciones autóctonas con serios riesgos en su seguridad alimentaria.

El huracán Otis pasó de ser tormenta a huracán categoría 5 en tan solo horas, tomando muchas vidas humanas, pérdidas económicas y la interrupción severa de las actividades de las cuáles dependen miles de familias en Acapulco.

Se registran grandes incendios forestales en Bolivia al tiempo que se dan serias restricciones al paso por el Canal de Panamá debido al descenso del nivel de aguas mientras que se producen inundaciones que afectaron recientemente al sur del continente y que han dejado miles de personas desplazadas

Para adaptarse de forma más eficaz a las consecuencias del cambio climático y al consiguiente aumento de la intensidad y la frecuencia de muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, la OMM señala que la población de América Latina y el Caribe debe conocer mejor los riesgos relacionados con el clima y los sistemas de alerta temprana de la región deben emplear mecanismos multidisciplinarios perfeccionados.

 

 

[1] World Meteorological Organization (WMO)El estado del clima en América Latina y el Caribe 2022, OMM-N° 1322, Ginebra, 2023