“Vine hoy para presenciar la excavación porque tenía una tía que murió aquí, Mildred Lowe, en 1930, y nunca volvió a casa. Así que estoy aquí para averiguar si encuentran huesos y cómo vamos a identificarlos y todo eso”, dijo Carolyn Fiscus, una mujer miembro de la tribu Winnebago de Nebraska, según informe el Washington Post en su edición del 11 de julio de 2023.
La búsqueda se realiza en una escuela, a 145 kilómetros de Omaha, que inaugurada en 1884 llegó a tener alrededor de 600 estudiantes indígenas provenientes de diferentes puntos del país y cerró en la década de 1930 para luego fue demolida.
Por el momento, los investigadores han identificado a 49 de los niños asesinados, pero no han podido encontrar los nombres de los otros 37.
Este no es un caso aislado.
En el mes de mayo de 2022, el gobierno de los EE. UU. de Norteamérica dio a conocer el informe de la Federal Indian Boarding School Initiative, resultado de la investigación sobre la pérdida de vidas humanas y las consecuencias provocadas por el sistema federal de internados indios.
La investigación fue ordenada en 2021 por la secretaria del Interior, Deb Haaland pertenecientes al Pueblo Laguna de Nuevo Mexico, la primera indígena en formar parte del gabinete en USA.
El informe señala, que, entre 1819 y 1969, el sistema federal de internados para niños indígenas se componía de 408 escuelas federales en 37 estados (antes territorios indígenas).
Este sistema desplegó metodologías de militarización y de alteración de la identidad para intentar asimilar a los niños indios americanos. Sus consecuencias han sido innegables y desgarradoras, incluyendo traumas intergeneracionales y erradicación cultural infligida sobre generaciones de niños indígenas.
En julio de 2022, el papa Francisco realizó una visita de varios días en la provincia de Alberta, Canadá, donde se encuentra la antigua escuela residencial de Ermineskin, uno de los tantos lugares donde se descubrieron enterramientos de niños indígenas.
Allí ante representantes de las Primeras Naciones, mestizos y del pueblo inuit, Francisco pidió perdón por el papel de la Iglesia católica en los “catastróficos” abusos cometidos en escuelas residenciales para indígenas en Canadá durante casi un siglo.
En realidad, la iglesia no ha sido la única responsable de lo acontecido: se trataba de un Programa Colonial diseñado para despojar a las naciones indígenas de su historia y de su cultura.
El plan no era matar niños, el plan consistía en matar al indio dentro del niño.
Cuando en el año 1879, el general de brigada del ejército estadounidense, Richard Henry Pratt, fundó el internado Carlisle Indian Industrial School de Pensilvania para nativos americanos situado fuera de la reserva, su lema fue : “Mata al indio, salva al hombre”.
En abril de 2022, la justicia argentina inició un juicio que busca sacar a luz lo ocurrido en la llamada Masacre de Napalpí, ocurrida en 1924. Se trató del fusilamiento de entre 300 y 500 indígenas, de las etnias Qom y Nokoit, en esa localidad del noroeste de la Argentina.
Es un juicio por la verdad, ya que no hay imputados con vida, pero si descendientes de las víctimas algunas de las cuales dejaron testimonios grabados hace años que fueron escuchados al inicio del juicio que se desarrolla en Resistencia, la capital del Chaco.
Los hechos mencionados, son apenas algunos ejemplos de reciente divulgación, de situaciones que, de una forma u otra, se han repetido a lo largo ancho del continente y también en otras partes del mundo.
Los 500 millones de personas indígenas que hoy habitan el planeta son sobrevivientes de una sostenida y extensa estrategia que ha pasado por varias etapas (desde el exterminio física, pasando por la asimilación e integración), cuya constante ha sido apuntar al etnocidio, es decir, la desaparición de los Pueblos indígenas como culturas diferentes a las hegemónicas.
Pero las familias y las comunidades ni olvidan ni abandonan a sus seres queridos, a sus antepasados, su propia historia, porque ellos son parte de su presente.