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Los desafíos para lograr el trabajo decente en la industria palmera de Guatemala

01 abril, 2025

Por Mónica Garzaro Scott

La producción de aceite de palma se inició en Guatemala en los años setenta, pero el proceso de exportación se dinamizó a principios del nuevo siglo.  Desde entonces, esta producción ha crecido enormemente, ya que su utilización se ha expandido a varios sectores como la industria de alimentos, la industria de los cosméticos, productos de cuidado personas, etc., porque el aceite vegetal es comparativamente más barato.

La producción de aceite de palma también se ha visto favorecida por el Acuerdo de Asociación entre Europa y Centroamérica, que le facilito la exportación a varios países europeos.  El mayor importador son los Países Bajos, aunque también España, Alemania e Italia reciben la producción guatemalteca de aceite de palma,

La producción ha pasado de 241 mil toneladas métricas en 2010 a 920 toneladas métricas en 2023., siendo actualmente el sexto productor de Aceite de Palma a nivel mundial.

Este crecimiento tan acelerado ha dejado grandes problemas sociales como la deforestación, la perdida de tierras comunitarias y la contaminación de los ríos, pero sobre todo existe incumplimiento de leyes laborales hacia los trabajadores agrícolas, por parte de algunas industrias del aceite de palma en Guatemala.[1]

Muchas organizaciones campesinas indígenas del país han alzado la voz para denunciar las terribles condiciones laborales en las cuales se desempeñan estos trabajadores.

La gran mayoría de trabajadores son agrícolas con trabajo intensivo y expuestos a condiciones climáticas adversas, lo que presenta varios riesgos para la salud. Sin embargo, estos riesgos no son debidamente atendidos ya que muchos trabajadores agrícolas no cuentan con el seguro social o los salarios tan bajos no les permiten acceder a la atención medica privada.

Las jornadas laborales son largas y sin descansos o pago por horas extras.

Muchas veces, la industria palmera utiliza la tercerización y el trabajo informal con la consiguiente falta de pago de prestaciones laborales o casi nula representación laboral.

Buena parte del trabajo a destajo que se realiza en la producción de aceite de palma se da en condiciones tan deplorables alejadas de las condiciones del trabajo decente que OIT promueve en todo el mundo y con lo cual se pueda cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas – ODS.

Una de las organizaciones dedicadas a dar soporte a trabajadores de la palma es el Consejo Nacional de Desplazados de Guatemala -CONDEG.  que ha estado luchando por mejorar las condiciones laborales de estos trabajadores, incluyendo la denuncia nacional e internacionalmente de la situación del sector.

Entre estas denuncias se ha acudido a los organismos como la Roundtable on Sustainable Palm (RSPO) que es la certificadora de la producción de palma a nivel mundial. Allí han introducido tres quejas por despidos injustificados, aunque la certificadora ha desestimado las quejas por no encontrar suficiente evidencia. Ocurre que uno de los problemas principales es la tercerización en la contratación de los trabajadores, quienes muchas veces no tiene contratos escritos y/o no saben a ciencia cierta el nombre de la empresa contratante.

Las mayores violaciones a los derechos laborales suceden en la figura de las “metas de trabajo” que estas empresas exigen a los cortadores y recolectores de fruto. Aunque se les paga el salario mínimo, las condiciones en las cuales trabajan, de podrían definir en la práctica como trabajo forzado.  Tampoco se les paga por horas extras, ni bono incentivo   ni prestaciones laborales completas.

Los trabajadores menos calificados son los más vulnerables en la agroindustria guatemalteca, especialmente en la industria palmera con el tema del trabajo a destajo, tal como lo dice OIT: Para ser justos y eficaces, los sistemas de pago a destajo deben ser transparentes, recompensar a los empleados según la dificultad y la calidad de su trabajo y garantizar que los trabajadores motivados puedan ganar sustancialmente más que el mínimo.[2]

CONDEG también ha acudido a denunciar la situación ante el Ministerio de Trabajo y Previsión Social de Guatemala -MINTRAB pero hasta el momento no existe ningún esfuerzo sostenido para realizar averiguaciones sobre estas denuncias.

Manuel Pérez, coordinador del CONDEG[3] relata un reciente acontecimiento que muestra la gravedad del asunto cuando nos dice que:

“… hubo un accidente, se le cayó una hoja de palma en la cabeza [a un cortador de fruta], se cortó el brazo, no hubo quien lo recogiera. Tuvo que aguantar muchas horas sin atención hasta que a alguien se le ocurrió llevarlo a la clínica.”

Este tipo de situaciones no son aisladas, pasan con mucha frecuencia y las empresas no actúan adecuadamente para la debida seguridad laboral de sus empleados, También se denuncias habituales represalias, abusos, prepotencia por parte de los jefes, quienes maltratan a estas personas que en su mayoría son indígenas y con bajos niveles educativos.

Después de varios años de estar acompañando a los trabajadores de la palma, CONDEG apoyó la conformación de un sindicato (el primer sindicato en este sector en la historia del país.).

El nombre del sindicato es SITRAREPSA, empresas anexas y conexas; pues se creó en la empresa REPSA que es una empresa certificada RSPO y miembro de la gremial de palmicultores de Guatemala (GREPALMA).  La formalización del sindicato finalizó en septiembre de 2024 con la personalidad jurídica y sus 25 afiliados ya recibieron credenciales.

Sin embargo, CONDEG sostiene que la empresa no los reconoce. A finales de diciembre 2024, REPSA implementó un plan para que todos los trabajadores que renunciaran en ese mes recibirían la indemnización completa por tiempo laboral, para luego ser recontratados. Cuatro miembros del sindicato renunciaron, y por eso la empresa manifiesta que no se puede tomar en cuenta al comité ejecutivo porque la mayoría de sus miembros perdieron la relación laboral.

Otras de los esfuerzos que hizo CONDEG fue introducir, en septiembre del año 2024, una propuesta de política laboral ad-hoc para los trabajadores del sector de la producción del aceite de palma. Allí se solicita, con una fuerte argumentación sobre los principales problemas de las violaciones a los derechos laborales, que se considere abordar la problemática con acciones concretas para lograr el trabajo decente. Sin embargo, después de varios meses de haber entregado este documento al MINTRAB, no se les ha informado de ningún avance.

La lucha continua y el campo en donde esta se desarrolla es desigual, injusto y muy peligroso.

Esperemos que los funcionarios públicos a cargo puedan establecer condiciones más propicias para resolver los conflictos laborales que aquejan a los trabajadores de este sector. Y que los organismos oficiales asuman la responsabilidad de implementar los estándares y convenios nacionales e internacionales para lograr trabajo decente para los trabajadores de la industria palmicultora en Guatemala.

[1] https://www.plazapublica.com.gt/ambiente/reportaje/estudio-expone-degradacion-ambiental-y-conflictos-laborales-alrededor-de-cultivos; https://avispa.org/guatemala-trabajo-esclavo-palma-aceitera/;

[2] https://www.ilo.org/resource/17-piece-rate-pay

 

[3] Entrevista realizada el  4 de marzo 2025