loader image

Oliver Anthony en Youtube.

No solo al norte de Richmond

16 septiembre, 2023 | Ricardo Changala

Christopher Anthony Lunsford granjero de la zona rural de Virginia, trabajador en diferentes empresas en una de las cuales, en el año 2013 tuvo un accidente laboral, siempre con salarios bajos y mala condiciones de trabajo.

Como él mismo lo ha dicho muchas veces, es un tipo común, nada especial, con problemas de salud mental y elevado consumo de alcohol.

Pero Anthony también toca la guitarra y le gusta componer canciones bajo el nombre artístico de Oliver Anthony.

El día 8 de agosto de 2023 se presentó al aire libre en los Apalaches en un festival con otros muchos músicos e interpretó su canción “Rich Men North of Richmond” (Hombres Ricos del norte de Richmond) que fue retrasmitido por un canal de YouTube.

Sorprendentemente, 11 días después, sin publicidad, sin respaldo de ninguna empresa del ramo, la canción llegó al número 1 en las listas top 100 de Apple Music en los Estados Unidos y en el mundo.

El éxito de la canción no se debe ni a la calidad musical de la composición ni a los dotes musicales de su autor, sino a su letra, más que  por su vuelo poético, por  impacto que produjo en miles y luego millones de personas que se sintieron claramente identificadas por lo que allí se dice.

La letra cuenta la historia de trabajador frustrado por años de esfuerzo con un salario miserable,

He estado vendiendo mi alma
trabajando todo el día
horas extras por un salario de mierda
para poder sentarme aquí
y desperdiciar mi vida
arrastrarme de regreso a casa
y ahogar mis problemas.

mientras los políticos y ricachones de Richmond controlan todo

Estos ricos del norte de Richmond
viven en el nuevo mundo con un alma vieja.
Dios sabe que todos quieren tener el control total
Quieren saber lo que piensas,
quieren saber lo que haces.

El diario The New York Post calificó a esta canción como “el himno político de los obreros”, ya que Anthony habla de la gente de la calle que no tiene qué comer frente a los obesos que ordeñan al estado del bienestar y critica las políticas neoliberales iniciadas en los 80, que redujeron los impuestos de las empresas y desmantelaron el estado del bienestar.

Señor, tenemos gente en la calle
que no tiene nada que comer
Y el bienestar de los ordeñadores obesos.

El 12 de septiembre pasado, a menos de un mes que la canción de Anthony alcanzara el número 1 mundial, el empresario Tim Gurner, fundador y CEO del Gurner Group de Australia, tuvo una intervención en el reconocido Australian Financial Review Property Summit.

Sus palabras dieron la vuelta al mundo, no por estar en un ranking global, sino porque el carácter de sus afirmaciones.

Gurner sostuvo que los trabajadores han bajado mucho su productividad y por tanto, actualmente se les paga mucho para hacer muy poco.

Así que Gurner, con el objetivo de bajar salarios y aumentar rentabilidad, manifestó desear tres cosas:

Que Australia tuviera por lo menos 40 o 50% de desempleo; que se debía causar dolor en la economía y que, se debe recordar a la gente que ellos trabajan para el empresario y no al revés.

A diferencia de la canción de Oliver Anthony, las palabras de Gurner no merecieron aplausos sino muchas críticas.

Gurner ensayó una suerte de disculpa, pero en realidad se limitó a señalar que lamentaba no haber sido empático con las personas que pierden su trabajo.

Sin embargo no modificó en nada sus opiniones sobre la necesidad de mayor desempleo ni sobre el papel de las personas trabajadoras en la sociedad.

Será que las palabras de Gurner reflejan una opinión aislada o, en cambio, es una visión compartida por muchos empresarios y políticos que tal vez prefieren no decirlo abiertamente?

La canción de Anthony podría titularse Rich Men of New South Wales, la zona más rica de Australia y su texto podrías ser más o menos el mismo.

Ambos episodios pueden ser percibidos como la misma realidad vista desde dos lugares antagónicos: para el obrero, la vida desde la explotación y el dolor interminable; para el rico, la necesidad de mantener las cosas como están o aún profundizarlas, para asegurar sus ganancias sin importar los costos sociales ni humanos que ello puede implicar.